Overblog
Seguir este blog Administration + Create my blog
17 noviembre 2013 7 17 /11 /noviembre /2013 13:27

Volver-copia.jpg

Cada fin de semana regreso al barrio. Por el silencio de las calles del animal en duermevela -rey de su sabana-, voy arrastrando el peso del recuerdo de los libros y de los sueños de la infancia. Tres espigas de raza flamenquean con paso erguido y orgulloso por la acera. Las pequeñas mentes pre-púberes narran la épica de sus primeras batallas, y el zumbido ultrasónico de los ángeles cuando ignoran el canto extraño de la vida llega hasta mí, para mezclarse en la nube de polvo que levanta las ruedas de mi maleta.

 


16/11/2013

Compartir este post
Repost0
18 agosto 2013 7 18 /08 /agosto /2013 05:00

 

 ¿Y eres tú quien me pregunta si te quiero? Pues claro que te quiero, pequeña mía, te quiero siempre que tu menudo cuerpo revolotea frente al espejo. No, no te pongas, todavía, a la defensiva; no pretendo entablar un juego de palabras ni decir cruel mentira. Porque cuando tú me miras- dulce, bella y turbadora- bajo mi abdomen, el indómito anhelo nace y tú..., no lo niegues, lo sabes. Espera, no te vayas, que no soy yo sino esa loca ansiedad mía quien habla. Y, ahora, dime y sé sincera si no es caer en cobarde falacia llamarte amor y no sencillo, eterno, hermoso deseo. Y si no es así, por favor, ofrece una razón a esta desazón: por qué hay días, por qué hay noches y por qué hay sueños y por qué, a veces, entre noche y día, entre sueño y sueño, me recreo en tus acogedoras redondeces, en tu piel seguramente ya con el suave tacto de la naranja, en las difusas líneas apenas dibujadas..., sobre tus blandos pechos. Cariño, no es por nada, pero te quiero, te quiero entre mis sábanas para así poder lamer ese cuerpo que se me escapa. Cariño, yo te quiero, pero sobre cama blanca, entre sudor y fuego, y, créeme, por ti lo siento pues, después de todo, también te aprecio.

 

 

 

 

 

                                                             10 de marzo de 1999

 

Compartir este post
Repost0
8 julio 2013 1 08 /07 /julio /2013 09:55

1155 sorolla joaquin playa arte impresionismo

-Estoy triste porque sé que nunca me meteré ahí –Los cuatro años de Laura, cargados de melancolía, señalan el agua del mar. Se pone sus gafas de sol con montura rosa chicle y deja desfallecer su espalda sobre la toalla como una auténtica Lolita.

Mientras, la abuela hace ronda por el  campamento base, paño en mano: llena de agua uno de los cubillos playeros, repasa el freno de seguridad del carrito y, finalmente, regaña al hermano:

-¿Cómo debo decirte que los pies van fuera, Adri?

-¿Pero entonces cómo me siento? –La criatura apenas habrá alcanzado los seis años y no termina de comprender las normas estivales.

El sol remolonea tras las nubes. La mañana, liviana y fresca, balancea el mar que, como un tierno gigante, se agacha para convertirse en una atracción sólo apta para los más pequeños. El resto acudimos en calidad de aburridos fisgones de su tiempo de ocio.

-¡Con los pies por fuera! –Resuelve el enigma. Lo toma por los hombros y lo coloca en el borde exterior de una de las esquinas del cuadrilátero veraniego, desde donde lo empuja y sienta, algo amedrentado por la autoridad inapelable del adulto.

-No lo entiendo –se reafirma Adri en su ignorancia.

-Así, ¿ves? ¿Quieres que ahora te lave los pies, Adri? Laura, ¿y a ti, mi niña? –les pregunta, a la vez que con el paño limpia de arena las toallas con el mismo ímpetu que si utilizase la bayeta en su casa. 

Los hermanos dejan caer un sí de adulto hastiado de la vida. Junto a ellos, un remolino de niños, oteados por cinco jóvenes uniformados de short azul marino y camiseta y visera naranjas, hacen de la playa una fiesta. La brisa, arrullo de sus carcajadas, llega hasta el corazón de la abuela hiperactiva, vestida con unos piratas inmaculadamente blancos, y cede:

-¿Queréis acercaros a la orilla?

A pesar de que sus frágiles cuerpos no parecen alterarse más que por un leve movimiento de cabeza, un brillo escapa por entre las rendijas de sus gafas y los delata.  Con compostura seria, toman la mano de la abuela, uno a cada lado, hasta que notan la lengua de gato salitrosa bajo las plantas de sus pies y la risa del mar se les contagia.

Al regresar, se dejan vestir con desidia de aristócrata; Adri, filósofo estoico, recibe una última regañina; luego, se marchan.

 

9 de julio de 2012

Compartir este post
Repost0
12 junio 2013 3 12 /06 /junio /2013 06:02

  LA CARA

 


   Es el orden del mundo esparcido sobre un tablero, es el silencio del todopoderoso que con su ojo, el que todo lo sabe y el que todo lo puede, busca calmosamente entre miles de piezas amontonadas, desperdigadas...Y de entre todas ellas, una sola es llamada para ser estudiada a contraluz (entre índice y pulgar, el ojo juega): con pulso firme, con mano pausada, analiza el color, los matices de sus sombras, el tamaño, la angulosidad de su perfil... Luego él, que siempre decide, la aparta. Y así pieza tras pieza, paso a paso, entre silencio y silencio, une, engarza, forma y crea y, mientras, el orden del mundo gira y se regenera. Pero siempre queda un hueco, entre pieza y pieza, imposible de llenar; pero siempre hay una pieza, maldita pieza, tan similar al resto, tan parecida en color, forma y tamaño que nunca termina de encajar. Y entonces el todopoderoso piensa: “¿Y si he perdido la pieza que va en el hueco y el hueco queda?, ¿y si nunca termino de ordenar el orden del mundo y todo queda esparcido, amontonado, perdido?”.

 

                                                                              21 de junio de 1999

 

Texto de M.J

 

Y LA CRUZ

 

Me parece que el Todopoderoso está demasiado mayor para hacer puzzles complicados. Espero que no te moleste el comentario, pero no soy creyente de ningun Dios. No creo que exista una entidad que nos observa y nos creara y al que hay que acudir en los buenos y malos momentos. Si creo en las personas. Las que se acercan a la bondad del Dios predicado. Creo que las personas pueden ser Dios mientras andan el camino para serlo.Osea, creería mas en los Santos que en el Dios Divino. ¿Que hace un Dios en el cielo? Nada...
¿que hace un "angel" en la tierra? Todo. Los Dioses son los compañeros y los dirigentes chilenos, que estan sacando a los mineros de su entierro. Son los bomberos que después de una semana localizaban con vida a gente en las ruinas de Puerto Principe en Haití. Los demonios, los que dejaron a aquellos militares rusos morir dentro del submarino. Creo que sí, que a algun dios se le ha debido de perder alguna pieza de puzzle y ya no sabe donde buscarla. Ayudémosle y no se lo dejemos todo a Él.
Texto de Salvador Gregorio. Si te interesa, clica sobre la imagen o el link y visita su blog
13 de octubre del 2010

 

Compartir este post
Repost0
1 mayo 2013 3 01 /05 /mayo /2013 08:05

 

 Muros y balas, restos de batallas, que conforman la estructura interna de una ciudad y, con ella, una historia.

   Caminando, sin darnos cuenta, pisamos suelos sagrados donde yacen personas dejando constancia con nombres y fechas para rememorar las vidas pasadas. Y por el mismo camino, nos perdemos y entramos en un recinto cerrado: es una plaza que está rodeada por paredes rugosas y bastas. Hay niños que juegan y madres que hablan.

   Cuando nos damos cuenta de nuestra equivocación, nos giramos para preguntar a alguien por la calle a donde queríamos dirigirnos. Pero de vez en cuando, y si no hay prisa, optamos por sentarnos entre el bullicio, o  entre el silencio, para contemplar esas paredes que, a primera vista, no dicen nada.

plaza-de-san-felipe-neri.jpg

   Y un día, alguien vio que estaban heridas de balas... Entonces recordamos que fue en 1.808 cuando una guerra estalló por toda España y vemos a Goya pintando a un hombre con miedo en la cara...; en la plaza, las gentes vestidas de marca desaparecen, la pared recupera su lisura y unos ojos extremadamente abiertos claman piedad al cielo..., un pelotón de fusilamiento, ruidos de disparos y gritos rodean la Barcelona del ochocientos y en la plaza un tiro: un hombre ha muerto.

   1.936, otro hombre gemelo, con la misma camisa blanca, con el mismo cuerpo sudoroso y deshecho, llora porque la sentencia ha dicho que debe ser muerto. Barcelona en guerra rememoramos con las cuatro balas halladas.

   Es de noche y el callejón inseguro, el eco de nuestros pasos se confunde con el ruido de ese pasado que todavía resuena en la plaza...

 

 

                                                      1.994

Compartir este post
Repost0
13 enero 2013 7 13 /01 /enero /2013 08:45

  
     Yo trabajo en un bar.

Es un bar de barrio

donde nadie está de paso
     pero todo es transitorio


   Jueves, 11.3.99

   Por fin he fregado la cocina

 

   Viernes, 12.3.99

   Tengo agujetas.

   A mediodía me ha llamado K. para quedar con una gente de su universidad. Mañana trabajo, pero ella siempre me enreda: “no, no regresaremos tarde...; yo también trabajo...; sólo para tomar algo.”

  

   Sábado, 13.3.99

   Hemos llegado a las cuatro y, como es natural, esta mañana nos hemos dormido. A las doce hemos salido pitando y K. me ha dejado frente al bar (mi abuela se ha cabreado porque no se ha despedido).

   El sr Clos me ha dado la mañana: ha vuelto a inaugurar la misma plaza que inauguró el mes pasado, pero esta vez a la gente le ha dado por pedir cafés con leche, bravas y cerveza.

   No me gusta salir los viernes.

  

   Domingo, 14.3.99

   He trabajado todo el día. A las ocho ha venido K.i y nos hemos ido a cenar a un chino de Pueblo Nuevo y, luego, a tomar un café. He llegado a la una.

 

   Lunes, 15. 3. 99

   Llegaba tarde pero, como sabía que me iba a dormir, antes de entrar a clase me he tomado un café en el bar de la universidad. Estaba asqueroso, como siempre.

   Después de comer he vuelto a intentar escribir el artículo sobre la anorexia. No he podido: demasiadas ideas sueltas y demasiada gente alrededor de mi mesa.


   Martes, 16.3.99

   Y mi vida, repleta de horas amontonadas, de días acumulados y apilados a los pies de mi cama, es a veces extraña. Porque solo a veces es cuando un suspiro la despierta y le hace tomar conciencia de ese bello, breve y casi perfecto instante, cuando reina el orden y la armonía marca el ritmo de cada uno de mis actos. Tan breve que cuando me percato de su presencia ya se está difuminando en mi pasado, mas a veces se detiene y, como gata en celo, se restriega contra mi cuerpo para luego marcharse, dejándome un ligero y suave bienestar; tan bello que con sus dulces destellos siempre me concede una caricia inesperada; tan perfecto que entre mis brazos fallece, lánguido y etéreo siempre.

   Agazapado entre el humo, me acecha: mientras cojo una taza con una mano –cerámica sobre acero, golpe fino y agudo en mi oído-, con la otra abro el cajón del marro para tirar la toma usada –golpe sordo de acero sobre goma quemada- y, con un chasquido, cargo de nuevo. Luego, al tiempo que el negro sabor gotea, capto el aroma y escucho el hervir de la leche. Entonces alargo el brazo hipnotizada para poner la cuchara sobre el plato y, con golpe de cadera, cierro el cajón del azúcar. Siguiendo el giro, sirvo un nuevo, cremoso y humeante cortado.

   A veces es preparando un café y otras preparando veinte, o bien amasando, o bien..., da igual. Ya no existe nadie a mi alrededor, las voces son absorbidas por el vacío y nada puede perturbarme. Mi bello, breve y casi perfecto instante hoy ha venido a visitarme.

 

   Miércoles, 17.3.99.

   Me he despertado a  las ocho menos cuarto, me he vestido, he comprado el periódico y he abierto el bar. También he fregado la barra.  Ahora son las cuatro.

  lsorciere

Marzo 1999

Compartir este post
Repost0
1 diciembre 2012 6 01 /12 /diciembre /2012 08:55

Es primera hora de una mañana de invierno. El frío entibiado por la contaminación urbana nos espera a la salida del metro, donde una luz turbia nos recibe a nosotros, pequeños autómatas somnolientos de mirada perdida. Sin embargo, no es un día triste; simplemente marcamos el paso de la rutina.

Aquí, la ciudad, con su lengua de alquitrán y hormigón, asciende ladrillo a ladrillo por la montaña. Algún quejumbroso palacete decimonónico, destinado en su día al descanso estival, se mezcla entre edificios bajos resaltando su elegancia con ademán de vieja gloria de cine en un desfile holliwodiense.

Mis ojos, cansados por genética, me acompañan por la elevada cuesta, y durante el resto de la jornada frente a la pantalla del ordenador. Nueve horas después, incluido el tiempo de la comida, llega la tarde. Entonces todo cambia: sobre la montaña, cada casa, una atalaya; y entre las casas y las pequeñas construcciones, un río de calles -afluentes naturales que han convertido en caminos las antiguas laderas. Más por intuición que por conocimiento, transito, siguiendo el curso.

De pronto, desde un pequeño recoveco, destellos furtivos me asaltan. En la precipitada noche invernal, amplias luces iluminan el callejón donde una niña se distrae con los últimos juegos del día. Con la expresividad de un cuadro de Goya, ese instante lo convierte mi retina en imperecedero: El haz de luz proviene de un fanal que mancha la oscuridad, dibuja a la niña y da vida a la escena. Escoltada por viviendas bajas, cuya perspectiva se funde en la penumbra, ella y un enorme macetero son el centro del óleo. En la planta baja de la derecha -blanca por contraste con la cerrazón- entre las rejas de una ventana, un frondoso arbusto asoma. Desearía que el olor a jazmín llegase hasta a mí.

Bajo la mirada, temiendo que la niña se sienta espiada, y sigo el curso del río. El taconeo de mis botas, mezclado con el sonido de las llaves de los portales de quienes regresan a su hogar y el de las persianas de los locales de quienes se marchan, se torna incesante. Siguen el ritmo de la cuesta abajo. En la falda de la montaña, la ciudad es más ciudad y mis pasos se vuelven invisibles entre el ruido de los coches.                                      

 

  lsorciere

11 de junio de 2007           

Compartir este post
Repost0
2 octubre 2012 2 02 /10 /octubre /2012 06:40

El día azul, diamantino, desprende extraños destellos. Las voces, un poco bruscas de un grupo de amigos en plena pubertad, se rompen al alcanzar la orilla, junto a las olas. La mar se mece en un ronroneo suave, monótono. Mi vista, cansada, llena de brisa y sal, embriagada, se deja llevar, resbala por cada rincón, por cada risa, sobre ese lomo infinito que es mi mar.

Agua de enamorado, sol cálido, vasta mañana tras una triste noche de lluvia, despierta.

 

 

 

 

Agosto del 2006

Compartir este post
Repost0

Presentación

  • : M.J
  • : Tengo un don. No es escribir, sino estar callada. A veces, escribo; entonces, hablo; ergo, pierdo mi don
  • Contacto

Gracias por venir, eres mi visita.....

contador de visitas

Acomódate, ves a por un café o..., ¿mejor una copa de vino?; descálzate si te apetece: estás en tu casa. Mis pequeños  "pinochos" revivirán por la gracia de tu mirada. 

MJ en Facebook


 

 

 

Creación independiente

 


EL HOMBRE DE ALCOLLANO

Creado por J.C Giró

Una ayudita. Blog de apuntes