-Con nuestro mecánico de confianza. –Los labios bisbisearon al oído del maestro, como si en la soledad del estudio debieran ocultarse de alguien. Leonardo arrugó la frente y entornó los ojos en busca de un significado a las palabras.
Acompañada por el crujir de la tela de su vestido, la dama retomó su postura solemne, cruzó con delicadeza las manos sobre el regazo, miro –asentada- al improvisado confidente y dejó escapar una sonrisa meridiana.
-Querrá decir “mechanĭcus” –se atrevió a corregirla en un esfuerzo por entenderla.
Unos minutos de silencio después, las primeras pinceladas cayeron sobre el lienzo, embriagado por el misterio de la locura.
24 de marzo de 2012
Kora 04/13/2012 08:21
MJ 04/13/2012 20:24
Flora 04/11/2012 23:06
MJ 04/12/2012 21:48
Flora 04/11/2012 10:39
MJ 04/11/2012 22:05
Salvador 04/08/2012 13:22
MJ 04/09/2012 22:04
Salvador 04/06/2012 12:38
MJ 04/07/2012 13:38